Martín Vásquez Villanueva
Este domingo tuve el honor y el placer de participar en la 36ª edición de la Carrera Atlética por el Día del Médico, junto a miles de colegas, estudiantes, paramédicos y público en general.
La carrera comenzó a las 8 de la mañana en el Paseo Juárez, a la altura de El Llano, y ahí mismo terminó luego de un recorrido de poco más de 6 kilómetros. Hay que recordar que esta carrera, ya de larga tradición en nuestra ciudad, se suspendió por dos años con motivo de la pandemia de COVID-19 y ahora se pudo sentir un júbilo particular al haber superado esa crisis sanitaria mayúscula.
La carrera se llevó a efecto el día domingo, pero este lunes es cuando celebramos el Día del Médico —habría que decir, también, de la Médica— y aprovecho para extender mis felicitaciones a todas y todos mis colegas de Oaxaca y del país entero.
A pesar de que en 1953 la Organización Panamericana de la Salud declaró el 3 de diciembre como Día del Médico, aquí en México lo celebramos el 23 de octubre y esto viene ocurriendo desde 1937, cuando la efeméride fue establecida en el marco de la Convención de Sindicatos de Médicos Confederados de la República, realizada en Cuernavaca, Morelos. Se escogió esta fecha en conmemoración de un acto fundacional de la medicina mexicana, que fue la inauguración, en 1833, del Establecimiento de Ciencias Médicas, uno de los seis colegios de enseñanza superior creados por la Dirección de Instrucción Pública durante una de las fugaces presidencias del doctor Valentín Gómez Farías y como parte de la primera reforma liberal para sustituir a la Real y Pontificia Universidad de México.
Curiosamente, fue apenas en el 2020 que se hizo oficial esta celebración, a partir de un decreto firmado por el Presidente Andrés Manuel López Obrador en reconocimiento explícito a “la ardua labor y entrega” del personal médico durante la pandemia y manifestando que, a pesar de que ya se reconocía el Día del Médico en esta fecha, “no se había emitido el instrumento jurídico que así lo declarara”.
También es interesante comprobar que el hito celebratorio remite a la fundación de una institución educativa, subrayando la estrecha relación que existe entre la práctica de la medicina y su enseñanza. La médica, el médico, le da un valor excepcional a sus años de formación porque es ahí donde adquirió los conocimientos, las destrezas y el código ético que caracterizan a su profesión, además de que nunca deja de estudiar a lo largo de su vida profesional y es por eso mismo que suele poner tanto interés en transmitir a las nuevas generaciones lo que ha ido aprendiendo en su labor y su estudios cotidianos. Nuestros grandes médicos han sido, al paralelo, grandes maestros.
De todo esto pensé después de recorrer el trayecto de esta Carrera Atlética del Día del Médico. Y pensé también en las dos grandes causas que motivaron a muchos de los que participamos. En primer lugar, la admiración y el reconocimiento emocionado, en su día, a todas las médicas y todos los médicos que trabajaron incansablemente durante la pandemia, sin olvidar a los que perdieron la vida intentando salvar la de otros. No podemos olvidarlos. Aunque la pandemia ya es historia y el coronavirus se ha sumado a los virus respiratorios endémicos de la época invernal, es de mínima justica recordar a las víctimas y particularmente, en un día como hoy, a quienes antepusieron su vocación de servicio a los riesgos que conlleva el apostolado médico durante las grandes emergencias.
En segundo lugar, estos son días destinados a elevar la conciencia sobre el cáncer de mama. El pasado jueves se celebró el Día Internacional de esta terrible patología y también es importante subrayarlo: el cáncer de mama es el tumor maligno más frecuente en las mujeres de nuestro país y una de las principales causas de muerte entre ellas; la detección temprana, sin embargo, reduce sustancialmente la tasa de mortalidad, por lo que la prevención es sin duda el rumbo a seguir, con el autoexamen de los pechos una vez al mes a partir de los 20 años de edad y la mamografía cada dos años a partir de los 40.
“Por la salud con el ejemplo”, como dice la frase emblemática de esta carrera del sector Salud, que por cierto estuvo impecablemente organizada, ¡y que viva Oaxaca!
