En Oaxaca nadie gobierna, o mejor dicho, el gobierno actual ha hecho de Oaxaca tierra de nadie. Focalizando un solo punto en la región de la Costa, nos tenemos que referir, dolorosamente, a Pochutla. El trece de febrero, aproximadamente a las 23:30, ocurrió un hecho verdaderamente lamentable: ejecutaron sin misericordia con balas de alto calibre a una ciudadana que paseaba por la feria con sus hijos y nietos, he hirieron de gravedad a una de las hijas que, a partir de ahí, se debate entre la vida y la muerte. Sumado a éste, otros hechos ocurridos en fechas anteriores; “ajuste de cuentas”, unos; crímenes de odio, otros, nos hace pensar que, por compromisos extrapolíticos de funcionarios del actual gobierno, quienes cometen estos homicidios tienen las manos muy sueltas, y eso no parece preocuparle al titular del gobierno estatal, más empeñado en legitimarse con descalificativos y peroratas, que en prescindir de personas con un perfil dudoso en su gabinete.
Necesario mencionar que, dentro de esas pérdidas lamentables, se encuentran dos auxiliares de la autoridad municipal; la primera fungía como Agente de Policía en El Ciruelo, y el segundo como Agente Municipal en Puerto Ángel. De todo esto, que se sepa, no hubo indagatorias, ni siquiera algún pronunciamiento de la autoridad municipal o estatal, en aras del esclarecimiento de esos crímenes. ¿A quién le conviene que tales hechos queden archivados y hasta sobreseídos en alguna carpeta olvidada en algún anaquel de la inexistente justicia oaxaqueña? Es obvio pensar a quien, incluso a quienes.
Ocupa nuestra atención saber que este año es de fuertes disputas; en lo formal, electorales y, en lo real, el regateo por estos municipios que más bien son plazas, para agredir a la ciudadanía y para blanquear dinero de dudosa procedencia. Es el modus operandi de quienes aspiran a tener en sus manos las arcas municipales, no para resolver las carencias en obras y servicios que la comunidad pochutleca requiere, sino para exhibirse construyendo casas suntuosas que antes no poseían, y vehículos sólo al alcance de personas con un alto nivel económico. En fin, ellos sabrán si, ante lo evidente, buscan cómo corregir o seguir con sus desmanes en donde, lamentablemente, hay pérdidas humanas que hieren y mortifican a la ciudadanía.
Con gobiernos de ese tipo, los ciudadanos no estamos obligados, no debemos coludirnos con gente deplorable y deshonesta. Aún cuando resultaran electos, como el actual gobierno estatal, no nos representan, están casados con otros intereses que no son los de la comunidad oaxaqueña que se supone representan. Con atención a ellos va esto que ni siquiera es el beneficio de la duda, sino la certeza de que se están confabulando, contra el pueblo, con sus compadrazgos y desmanes.
Nacho <El Nigromante>