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jueves, noviembre 21, 2024

Crónicas de la ínsula | Perdió el pueblo su Lunes del Cerro ¿Perderá su Guelaguetza?

Reportajes

Cuauhtémoc Blas

En 1975, cuando terminó la construcción del majestuoso teatro al aire libre en el Cerro del Fortín, especial para la fiesta de la Guelaguetza, se dieron cambios radicales en la cultura oaxaqueña: la desaparición de los Lunes del Cerro como la tradición familiar de ir a desayunar al cerro; así como el fin de los paseos por las tardes para cortar azucenas, ahí mismo.

Inició la confinación de la gente del pueblo al palco más lejano de la Rotonda de la Azucena, en donde bailan las delegaciones. Una discriminación largo tiempo tolerada, que puede estar llegando a su fin.

LUNES DEL CERRO, DESAPARECIÓ

Desapareció el Lunes del Cerro, como tradición identitaria, que incluía, también, los festejos a la Virgen del Carmen en sus dos iglesias, Carmen Alto y Bajo. Lunes del Cerro quedó un tiempo, de 1951 a 1959, como nombre que sustituyó al del espectáculo creado en 1932 para festejar a Oaxaca en su 400 aniversario como Ciudad: Homenaje Racial. Desde 1960 se le llamó Guelaguetza. Lezama Lima, en su libro sobre la Guelaguetza, nos dice:

“A partir del Homenaje Racial comenzó a formarse un arquetipo que ha determinado con firmeza la vida cultural de los oaxaqueños durante las últimas décadas, modelo que ha generado (ya con la Guelaguetza) beneficios económicos y orgullo regional (…) FACTORES DE IDENTIDAD DE LO OAXAQUEÑO”.

No es para alegrarse de que a un gobierno le salga muy mal la fiesta, pues se trata nada menos que de poner en juego un elemento de identidad. Si bien su decadencia viene de décadas, en la primera edición de la fiesta de este 2023, mostró signos alarmantes con la ausencia de la gente del pueblo. Narrar un poco lo que pasó, ilustra mejor este fenómeno social.

PALCO DEL PUEBLO: VACÍO

Eran las 11 horas del día del primer lunes y el palco D del Auditorio Guelaguetza seguía vacío. Las cámaras de la televisión estatal, CORTV, no lo enfocaban. Por primera vez se llenaron primero las secciones de paga. La Guelaguetza al revés. Por cierto, ¿de dónde trajeron a tan malos camarógrafos que se esmeraban en hacer las peores tomas de los bailes?

Al medio día por fin la Sección D se llenó, pero no de la gente que tiene “gusto por la Guelaguetza”, como dijo en 2007 una señora, sino de afiliados a una central obrera. Llegaron con sus cachuchas de trabajo, todos al mismo tiempo, como pasa con los “acarreados”.

No se censura la asistencia a la fiesta de estos trabajadores, sino que haya sido apresurada y estimulada para llenar un enorme espacio. Vacío que, además de constituir un estigma del actual gobierno de la “Transformación”, queda como funesto testimonio histórico. Tal como quedó la Guelaguetza de 2007, cuando después de los disturbios del año precedente, Ulises Ruiz se la pasó llenando los palcos con burócratas y otros acarreados.

MENSAJE POPULAR: TAJANTE RECHAZO

En 2023 el mensaje del pueblo fue otro: hacer el vacío en el Auditorio. Estamos ante un fenómeno social singular. ¿Cómo explicar esta insólita ausencia generalizada? ¿Qué hizo al pueblo tomar esta decisión? Antes, desde las cinco de la mañana había fila en esa sección. Ahora no la hubo.

La fiesta se ha venido desgastando entre los oaxaqueños, la sienten cada vez menos suya, cada vez más del turismo. Era previsible que la tendencia popular a prescindir de su Guelaguetza continuara paulatinamente, pero lo sucedido este lunes fue tajante: omisión plena.

Si vemos que la gente acudió a aplaudir a las delegaciones en las calles, el mensaje del Cerro fue claro: rechazar a los caóticos y desinformados organizadores. Y, por ende, al gobierno estatal que controla el festival. Una funcionaria que ha convertido la Guelaguetza en su fiesta de lucimiento personal, es la titular de Turismo. En las redes y en muchas partes piden su renuncia.

Este fracaso se veía venir, con la demagogia y las decisiones caprichosas de las secretarías de Turismo y de Cultura. Recibió condena generalizada que premiaran y luego despojaran al ganador del cartel de la Guelaguetza 2023. También la nada sutil desaparición del Comité de Autenticidad, cuya función estaba agotada, pero adherida a la tradición de una sociedad, en buena parte conservadora, la parte que se ocupa de estos asuntos culturales.

LA DEMAGOGIA DE VÍCTOR CATA

El gris secretario de Cultura, Víctor Cata, recomendado de Lila Downs, anunció la creación de 31 Comités Interculturales con 91 Consejeros, que devolverían su originalidad (sic) a la Guelaguetza. Huero discurso, ¿cómo devolverle lo que nunca tuvo? Solo vaciladas de Cata para el respetable, pero qué se puede esperar de un charlatán que sostiene que “las lenguas no han muerto, solo duermen”. De 1950 para acá la UNESCO informa que han muerto 250 lenguas, que no se volverán a escuchar.

Del proyecto “intercultural”, pues nada, las delegaciones fueron las de siempre, con añadidos sin trascendencia. También como siempre, los influyentes metieron a sus municipios: Nino Morales a San Blas Atempa y Humberto Parrazales a Tapanatepec, ambos con la vara alta en este gobierno. ¿Qué rescate de originalidad es traer a San Francisco Ixhuatán?, otro caso de influyentismo. Además, la tercera parte de las delegaciones son de las llamadas “mestizas”, aunque a algunas les pongan zapotecas, como a las de Valles Centrales, o mixtecas al citadino Huajuapan. Toda una seudoinfraestructura para lograr la peor Guelaguetza.

www.revistaenmarcha.com.mx y @enmarchaoax24

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