Cuauhtémoc Blas
La comparecencia de los funcionarios del gobierno del estado, en la supuesta glosa (explicación) de los informes del gobernador, es casi una burla para los ciudadanos. También lo sería para los diputados, pero estos que no dan paso sin huarache, a menudo obtienen sus ganancias. Como cuando extrañamente se ausentan para que no haya quórum y el funcionario no sea cuestionado. Otras veces realizan sesiones privadas.
La Secretaría de las Infraestructuras (SINFRA) es un área de singular importancia, tanto por las necesidades de infraestructura de la entidad como por los enormes recursos que administra. Una y otra vez se le ha probado al arrogante titular de SINFRA, Javier Lazcano Vargas, que maneja esa dependencia incurriendo en irregularidades. De nuevo estará en el Congreso, tragará saliva, soportará esa simulación querellante, y al salir de la comparecencia volverá a seguir con sus redituables irregularidades.
Incluso, este funcionario, de los importados del Estado de México, ha aceptado ante los diputados de la pasada legislatura incurrir en faltas y omisiones. Mencionamos dos de las que están a la luz. Lazcano aceptó, por un lado, que los constructores de Oaxaca tuvieran preferencia en la adjudicación de las obras, pero no cumplió. También aceptó que entrega esas obras —que niega a los locales— a empresas de fuera, como ICA SA de CV, la que, fuera de la norma, subcontrata a empresas de Oaxaca. http://www.revistaenmarcha.com.mx/images/nedicion/228/avalan.pdf
Ilegal subcontratación de obra
Una obra adjudicada a ICA es la rimbombante Modernización y Ampliación a Ocho Carriles de la Avenida Símbolos Patrios, muy cuestionada: 1) por el mal ejercicio de los 200 millones de pesos que costará esta obra improvisada; 2) por el daño a los ecosistemas al derribar mil 500 árboles; y 3) porque es una obra no prioritaria e innecesaria.
Está visto cómo se asignan esos recursos, y ha sido de escándalo la oposición de ecologistas y vecinos al derribo de árboles. En el tercer punto destaca la crítica del ex diputado local de la anterior legislatura, César Morales Niño, cuando afirmó que se quiere justificar esa obra de Símbolos Patrio con la ampliación a ocho carriles y en otros tramos a seis carriles “lo que ya existe en esa vía de comunicación”.
Derroche de recursos públicos
Existe una dinámica irregular, un encarecimiento de las obras entregadas mediante los llamados concursos nacionales de adjudicación, a grandes constructoras que cobran cómodamente y luego ponen a trabajar a las menos grandes de Oaxaca.
Esto es lo que el ex diputado Morales llamó “tradición de la obra corrupta”. Todo indica que dicha tradición es la constante en SINFRA. Otro caso es la construcción de la ciclovía de 15 kilómetros, de la calle Proletariado Mexicano de Oaxaca hasta la de Laguna de Tamiahua, en Santa Lucía del Camino. Son 14.9 millones de pesos los que se usarán en esta, que ni siquiera puede llamarse propiamente obra. Poner al costo de un millón de pesos cada kilómetro de esta ciclovía es otra desmesura, cuando solo pintan el piso (con material corriente) y colocan unas barras de hule sobre la ya existente carpeta asfáltica.
Tiene el gobierno prisa por ejercer los mil 500 millones de pesos, recursos de la deuda de 3 mil 500 millones que quedaron sin destino, luego de que no pudieron echar al ejército de su sede en Ixcotel, para construir ahí un desarrollo urbano y de negocios. De ahí la improvisación de las obras mencionadas, y otras que no soportan una revisión.
El CityBus es otra entelequia que quizá ni siquiera culmine en este otro sexenio. Obras que no se terminan, aunque sí ejercen todos sus recursos. Así ha sido la historia de los sexenios en Oaxaca. Lo que sí se produce al final es la comalada de nuevos millonarios. Ahora, generosamente, hasta de connacionales del Estado de México.
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