Martín Vásquez Villanueva
El martes pasado, día 14 de noviembre, se celebró el Día Mundial de la Diabetes. Es una nueva oportunidad para generar conciencia sobre el impacto de esta enfermedad en la salud de las personas y para hablar de las maneras que existen para diagnosticarla, prevenirla y tratar las múltiples complicaciones que genera.
El Día Mundial de la Diabetes fue establecido en 1991 por la Federación Internacional de la Diabetes y la Organización Mundial de la Salud en respuesta a la creciente amenaza que esta auténtica pandemia representa para la salud del mundo entero. Se convirtió en un día oficial de las Naciones Unidas en 2006 y se celebra cada año el 14 de noviembre por ser el onomástico de Sir Frederick Banting, que descubrió la insulina, junto con Charles Best, en 1921. “El Día Mundial de la Diabetes —se lee en los documentos de la Federación— es la mayor campaña de sensibilización sobre diabetes del mundo, alcanzando una audiencia global de más de mil millones de personas en 165 países.” Se estima que 540 millones de personas viven con diabetes en todo el mundo, una cifra que se ha quintuplicado en los últimos 50 años, y más de 2 millones de personas fallecen anualmente por causas directamente relacionadas con la diabetes.
El caso de México es preocupante. Según los datos expuestos en el reporte “Panorama de la Salud 2023”, de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), México es el país que tiene más casos de diabetes entre todos los países miembros, con una prevalencia de 16.9%. Esto quiere decir que, en números redondos, dos de cada diez mexicanos padecen la enfermedad, una cifra seguramente mayor si se considera a la población que padece diabetes sin saberlo. Por otro lado, los datos más recientes de mortalidad general en el país muestran que la diabetes es la primera causa de muerte en el rango de 55 a 64 años de edad y la segunda causa, después de las enfermedades del corazón, en personas mayores de 65 años.
La prevalencia de la diabetes en Oaxaca no es menos preocupante. En tiempos recientes hemos visto que cada año va creciendo el número de “diabéticos nuevos”, es decir de personas diagnosticadas por primera vez con el padecimiento, y yo lo que he podido constatar es que aquí en la ciudad de Oaxaca siempre hay en casa una o dos personas con diabetes, sobre todo entre los adultos mayores, y muchos de ellos tienen problemas de salud por falta de un control adecuado.
Lo que está claro es que la diabetes debe ser una de nuestras grandes prioridades en materia de salud pública, toda vez que hay maneras de prevenirla y de evitar o al menos retrasar las complicaciones más frecuentes, que son la ceguera, los ataques del corazón, las embolias cerebrales, la insuficiencia renal y el pie diabético. El 90% de todos los casos de diabetes corresponde al tipo II, que es la que se puede prevenir y controlar a través de hábitos saludables de vida, como son una alimentación sana, hacer ejercicio regularmente y evitar el tabaquismo y el exceso de bebidas alcohólicas.
Me preocupa la salud del pueblo oaxaqueño y mi compromiso es luchar porque tengamos una sociedad cada vez más sana. Las grandes intervenciones de la medicina son tal vez las más sencillas —como por ejemplo el lavado de manos, cuya introducción en Europa a mediados del siglo XIX cambió para siempre el panorama de la salud mundial— y el caso de la diabetes no es la excepción. Antes de vernos obligados a intervenir con los complejos procedimientos de la cirugía, la diálisis o la unidad de cuidados intensivos para enfrentar las graves complicaciones de la diabetes, podemos intervenir con las herramientas sencillas del primer nivel de atención: educación para la salud, diagnóstico temprano por medio de un glucómetro, control de la presión arterial midiéndola regularmente, revisión periódica de los ojos, tratamiento oportuno de las pequeñas heridas de los pies. Lo importante es tener conciencia de que cualquiera de nosotros y de nuestros seres queridos puede desarrollar esta enfermedad y para ello es que se estableció el Día Mundial de la Diabetes. Honrémoslo cuidando nuestro cuerpo como se merece, ¡y que viva Oaxaca!