Por Nayeli Guzmán Espinoza
PRIMER TIEMPO
El coordinador de delegados de paz, Donato Vargas Jiménez, sigue impune, en su puesto. De nada valió la denuncia de Martha Aracely Cruz Jiménez, mujer mixe de Santa María Huitepec, quien dio santo y seña de las atrocidades cometidas por este individuo.
“Golpes, amenazas, agresiones verbales, destrucción y retención de sus bienes y pertenencias”, apenas algo de lo que vivió la mujer que ha sido revictimizada y sujeta al escarnio de las mismas mujeres.
El socio de Jesús Romero, secretario de Gobierno, goza de protección, hasta algunas supuestas feministas han sacado la cara por él, exhibiendo a la víctima. ¿Qué es lo que se permite con esta impunidad? A un depravado que difundía imágenes de mujeres, de contenido sexual, sin su consentimiento en un chat catalogado de pornografía.
El usuario @quinomixe ha documentado todo este contenido inapropiado que para Donato y sus amigos sirve de vanagloria, pues se jactan entre ellos de quién intimó con cuál.
La 3 de 3 es una gran simulación si funcionarios como Donato Vargas, quien fue grabado en estado ebriedad, sigue en esa responsabilidad. Es un personaje menor, es cierto, pero por eso mismo la interrogante es qué le deben y por qué lo sostienen.
¿Será que también ‘Charbelín’ comparte el gusto por las aficiones de Donato? Y hacen como con las estampitas, intercambiando fotos de mujeres.
SEGUNDO TIEMPO
No hay una sola columna, artículo y comentario de opinión —así como la mayoría de las notas informativas— en los medios de comunicación de Oaxaca, que tengan elementos para destacar en positivo el trabajo ¿político? del secretario de Gobierno, Jesús ‘Chucho’ Romero López.
Nomás no se puede, no hay de dónde. Chucho Romero no sólo no resuelve ningún problema, sino que los complica y enreda, pero también se dedica a la grilla burda, barata, electorera.
Chucho no puede concretar los fallidos acuerdos de paz entre comunidades que difunde con bombo y platillo; tampoco avanzan las inútiles mesas de diálogo para resolver los conflictos de límites y agrarios de Oaxaca; y se le sigue complicando el sangiento y eterno conflicto en la zona Triqui.
La cereza del pastel de su ineficiente labor al frente de la dependencia que se supone es la encargada de procurar la gobernabilidad de Oaxaca, es la manera tan torpe como Chucho Romero enredó el conflicto magisterial (ayudado por el director del IEEPO Emilio Montero), comprometiendo a su jefe el gobernador Salomón Jara con el gobierno federal y con la Secretaría de Educación Pública (SEP), porque lo siguen engañando motivados por su propia agenda política.
Por mientras, Chucho sigue grillando al secretario de Administración, Antonino ‘Nino’ Morales, a quien intentan descarrilar de la carrera por las candidaturas al Senado en el 2024 y a la gubernatura, en el 2028.
Hemos mencionado que en su grilla electorera, Romero utiliza a sus socios, los representantes de lo más corrupto del viejo PRI (el diputado Alejandro Avilés, el dirigente de PRI Javier Villacaña, y los empleados de lo que queda de ese partido, Marco Cuevas y Jorge Toledo) para golpear a Nino Morales. Pero ahora tiene en Emilio Montero un nuevo aliado en ese golpeteo.
Montero, expresidente de Juchitán y ahora exhibido por el conflicto magisterial como incompetente director del Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca (IEEPO), tampoco quiere que avance Nino Morales, quien hace pocos años lo cobijó e impulsó mediante su poderosa organización Frente Unido de Comunidades Oaxaqueñas (FUCO), pero terminó traicionándolo.
De fracaso en fracaso, Chucho Romero padece un enorme desgaste político tempranero, no ayuda al gobierno estatal y se confronta con todos, no sólo con sus compañeros de gabinete.
TERCER TIEMPO
Puede que Saymi Pineda tenga buena intención, pero la materia turística requiere algo más. Si ella no sabe, por lo menos sus asesores debieran evitarle pifias constantes.
La licenciada en Ciencias Marítimas quiso traer a los antes llamados pueblos mágicos el método Disney para su promoción y exposición internacional.
Sin embargo, la tendencia a resignificar el territorio en materia turística pasa por la conservación de las identidades, no de su transformación.
En Oaxaca, origen y territorio son la base de encontrar la vocación. Contrario a ello, lo que plantea el modelo Disney es la desnaturalización de lo originario, para pasar a lo comercial de las cualidades escénicas a partir de infraestructura turística, que no necesariamente esté acorde a los pueblos.
Pasa también por la apropiación de los sitios turísticos por parte de actores económicamente hegemónicos que auspician y despojan.
Saymi Pineda es más parecida a Jhon Smith que a Pocahontas. Enseñar la decencia y las buenas costumbres, exportadas de otras tradiciones, es imposición. Las comunidades indígenas en Oaxaca no son ignorantes, ni salvajes, deberían conocer por ejemplo los ejemplos de pueblos mancomunados, que han hecho de la conservación de su territorio algo benéfico a través del ecoturismo.
¿El modelo Disney? Infraestructura sí, imposiciones no. La secretaria de Turismo en Oaxaca está abriendo la puerta para la apropiación de bienes culturales y el patrimonio natural, pues detrás de la capacitación se oculta la intención de apropiarse y acentuar la discriminación y el intento por cambiar su forma de vida. Una nueva forma de colonizar, pues.
Los derechos de las comunidades indígenas se las pasó la secretaria por el arco del triunfo y vulneró también el derecho a la consulta, pues habría que conocer qué quieren los pueblos. Quizá mañana veamos a Mickey Mouse de la mano de Benito Juárez.