Aseverar que los de ahora están mal, no es confirmar que los de antes estuvieron bien. La gente expresa que ahí se las van dando, los mismos abusos y la misma corrupción. De vez en cuando, como cuota de la casualidad, los vemos defendiendo a capa y espada hechos que para la mayoría tienen otra lectura y representan un proceder irresponsable, basado en compromisos personales y grupales y no en una vocación de servicio a favor de las comunidades y de los ciudadanos. Es importante recalcar que el pasado no tiene nada de edificante ni plausible, la represión, las organizaciones afines al poder, las negociaciones a trasmano eran común denominador del hacer político, partidista y de gestión gubernamental. Quienes arribaron al poder después de eso, no se han quedado cortos, refrendan esas prácticas malsanas, y descalifican a quienes se atreven a expresar inconformidad con sus actos deplorables.
El panorama es deprimente; un ministro de culto a cargo de la educación pública en Oaxaca, un junior insolente y despreciativo al frente de la política interna del estado; alguien sin conocimiento del área, en Turismo; Cultura, lo entrañable de un huipil nuestro combinado con botas tejanas; el elefante blanco de una Secretaría de Educación, erigida sabrá Dios para qué. Lo demás con un largo etcétera hasta llegar al titular del gobierno del ejecutivo estatal, que ha remado siempre en el rebalse de la ocurrencia, el despropósito y la improvisación. Señalemos aquí sus erráticas propuestas como senador y su ausencia premeditada en la aprobación de la Ley Federal de Educación enviada por el ejecutivo federal. Nada de eso tuvo consecuencias y lo entronizaron como candidato cuando la estrella de Monreal no había decaído, y ese equipo que capitanea (como sobreviviente) Mario Delgado, lo impuso sobre cualquier expectativa de otro orden.
No van a corregir nada, pues el pensamiento crítico, la autocrítica, pasan muy lejos de sus áreas de desempeño. Nos tenemos que preparar para ver a nuestra entidad, a oscuras, sin servicios básicos, sin mantenimiento a caminos, maquinaria e inmuebles para la dotación de estos servicios. En el tema de la seguridad, la colusión, los nexos y el intercambio con quienes infringen flagrantemente el orden, están causando un severo daño a la sociedad, con ejecuciones a mansalva, por ajuste de cuentas, crímenes de odio y feminicidios. En esta apuesta por un cambio verdadero, no vemos cumplirse tal expectativa; como van las cosas, tiende a empeorar la situación; el único camino es mantenernos al margen de la rebambaramba política; en su momento, salir a votar y dar por cumplida nuestra obligación ciudadana de participación, sin atribuirle a nadie el beneficio de la duda, y menos el voto de confianza. Tal vez parezca exagerado, pero las cosas así están en esta tierra benemérita, insigne y amada.
Nacho El Nigromante