César Rito Salinas
En las campañas políticas por la presidencia de la República, el ciudadano se siente preso, asfixiado por tanta propaganda política.
Usted está aquí. Frente a mi rostro se extiende la imagen, sobre una superficie en rojo donde se mantiene el papel arrugado. Usted está aquí. La primera imagen es la de un papel arrugado sobre una superficie roja, un escritorio. Viendo con atención, en el papel arrugado distingo la cara de algunos montes, la carretera que viene del mar al pueblo de mis padres.
Usted está aquí: bien mirado el filo de la izquierda parece la línea que llega hasta la esquina de la calle donde vivo.
Usted está aquí. El puño del hombre que arrugó el papel es grande, poderoso, lo imagino. Usted está aquí. Alcanzo a ver que se trata de un mapa, la característica de los mapas es que ciudades y mares ocurren sobre un mismo plano, como en un sueño. Usted está aquí.
Creo ver la representación del océano, entre la exacta división de cuadrantes, aprieto los párpados para distinguir mejor la imagen que avanza sobre el papel, todos los mares parecen el mismo mar.
Usted está aquí. Logro distinguir en el papel arrugado una rosa de los vientos, diminuta, cuelga negra en el universo en rojo del papel como un collar en medio de la garganta de una mujer bella, indica norte y sur, este y oeste.
Usted está aquí. Si, fijo bien en la vista el lugar que señala el dedo índice del hombre de la mano poderosa. Puedo reconocer que los pliegues del papel forman el contorno de mi país, que en el papel me recuerda el rostro de alguien conocido.
Usted está aquí. Distingo entre todas las arrugas del papel extendido al mundo, con sus mares y sus ríos. Usted está aquí.
Aunque lo intento, no logro identificar contra las luces que me golpean el rostro la voz del hombre que me habla imperativamente.
Usted está aquí. Que sale tras la potente luz que cae sobre mis hombros, que me golpea los ojos, la boca, hasta hacerme sentir diminuto.