En Oaxaca el organismo encargado de hacer cumplir la ley electoral funciona como la sacristía de la iglesia, solo se encarga de hacer los llamados a misa. Sostiene la característica del pasado, el priato, la ineficiencia cargada de lenguaje ampuloso. Para muestra, este botón: “Un respetuoso exhorto a todas las fuerzas políticas a esperar hasta este momento para realizar llamados al voto, a no difundir de forma preliminar a las personas aspirantes que posiblemente podrían contender en las precandidaturas, o candidaturas”.
La ley es un asunto del lenguaje, letra muerta
Como dice el clásico: “A escasos meses para que arranque el proceso electoral 2024, el pleno del Consejo General del IEEPCO exhortó, etc”. En pasada sesión extraordinaria, la consejera electoral Nayma Enríquez estrada afirmó que, “en caso de incumplir con la norma electoral, el órgano local electoral podría iniciar los procedimientos correspondientes”.
Podría, tercera persona del singular (ella, él, ello, usted) del condicional de poder.
De la aplicación de la ley electoral nada bueno espera la sociedad, existen unas corcholatas desatadas en su afán electorero, animadas desde la mismísima presidencia de la República, el Palacio Nacional.
Exhorto. Derecho. Despacho o comunicado que libra un juez a otro de igual categoría para que ordene dar cumplimiento de lo que se le pide.
El país, la vida de la república naufraga en el turbio mar de los tinterillos, de los picapleitos que fuera de su ámbito natural de barandilla repiten códigos de procedimientos y sanciones, sin el ánimo de cumplirlos.
De saca borrachos en la comisaría municipal pasaron a jueces electorales (la crónica no incurre en ninguna falta a la autoridad electoral, hace uso específico del lenguaje en su modo literario).
El Consejo General está compuesto por representantes de los los partidos políticos, dicho esto de otra forma sería que el Consejo encargado de organizar, hacer cumplir y cumplir la norma de los procesos electorales es juez y parte.
Al inicio de las precampañas, tercera semana en que las corcholatas del presidente recorren el país sin que nadie les ponga freno o sanciones se puede sostener que el proceso electoral del 2024 inició en la ilegalidad, la inequidad.
¿Alguien puede negar los espectaculares con el rostro de los precandidatos?
¿Alguien puede ocultar que en cada intervención de los presuntos implicados -suena como a nombre de grupo musical juvenil- permanece la intención de exponer un plan de gobierno?
Y utilizan un lenguaje que revela sus intenciones, ampuloso, desconectado del presente, propio del siglo pasado en los tiempos del priato.
