Por Nayeli Guzmán Espinoza
PRIMER TIEMPO
En la grilla por la candidatura de Morena para el Senado en el 2024, con la finalidad de brincar desde ahí a la gubernatura en el 2028, el tenebroso e ineficiente secretario de Gobierno en la autodenominada “Primavera Oaxaqueña”, Jesús ‘Chucho’ Romero López, mantiene una soterrada, pero intensa campaña negra de difusión y de golpeteo político contra su correligionario y compañero de gabinete, el secretario de Administración Antonino ‘Nino’ Morales Toledo.
Chucho Romero no está solo en esa embestida contra Nino; lo acompañan Alejandro Avilés Álvarez y Javier Villacaña Jiménez, dos de sus aliados más quemados en el viejo PRI, aquel despojo de partido que se quedó con lo más corrupto, con los representantes del agandalle, de la venta de candidaturas, del robo de los recursos para campañas y para los operadores político – electorales, del moche de hasta el 50% del salario de los empleados que extorsionan y mal pagan, de la reiterada agresión a las mujeres priistas por misóginos consumados.
Para descarrilar a Nino y sacarlo de la jugada por la Senaduría, Chucho Romero y sus nuevos aliados priistas, se montaron en la confrontación entre el gobernador Salomón Jara y el exgobernador José Murat; enfrentamiento que parece haber amainado, pero que tuvo su mayor impacto en el mes de abril.
Porque a río revuelto, ganancia de mañosos. En el contexto de ese pleito, atizaron el fuego político, ‘tenebrearon’ hasta arriba de ambos grupos y aprovecharon para sacar raja mediática contra quienes les representan a ellos un peligro: Nino Morales, para Chucho Romero; y los secretarios de Finanzas y de Honestidad, para los intereses de los priistas.
Los días 10 y 11 de abril, por lo menos dos medios nacionales se le fueron ‘duro y a la cabeza’ a Nino Morales, reviviendo un viejo tema que lo quiso ligar con grupos oscuros. La campaña nacional siguió la misma ruta de difusión que usan los aliados priistas de Chucho Romero, replicando el tema en algunos medios locales y en las redes sociales de Oaxaca.
A los pocos días comenzó otra campaña, también en por lo menos dos medios nacionales, pero ahora contra los secretarios de Finanzas, Farid Acevedo, y de Honestidad (antes Contraloría), Leticia Elsa Reyes. La intención del ataque era aprovechar el encontronazo entre actores políticos de peso, para tratar de frenar las auditorías que le afectan al dirigente estatal del PRI, Javier Villacaña, en la Secretaría de Administración que encabezó; en la desaparecida Comisión Estatal del Agua, que dirigió su hermano; en Cultura y SAPAO, donde estuvieron su hija y su socia. Esta campaña también siguió la misma ruta de difusión que el ataque a Nino.
Por supuesto, los tres mañosos (Chucho, Avilés y Villacaña) lo van a negar. Van a decir que todo es mentira y mera coincidencia, que su alianza no existe.
SEGUNDO TIEMPO
Siguiendo la máxima de moda, la que dice que amor con amor se paga, Chucho Romero cobijó en la Secretaría de Gobierno, de manera extraoficial, a dos cartuchos muy quemados de Alejandro Avilés: Jorge Toledo Luis y Marco Antonio Hernández Cuevas (Marco Cuevas), aunque en el caso de este último, desde hace años ya traía sus acuerditos con Jesús Romero, por eso es el más cercano de la camarilla priista.
Para obtener impunidad, Villacaña y Avilés ofrecieron al nuevo gobierno de Morena los despojos que quedan del PRI, para terminar de echarle tierra al partido que tienen secuestrado, que es el muerto político al que ya tienen en la fosa.
Marco Cuevas y Chucho Romero operaron la renuncia de Mariana Benítez al PRI y su incorporación a la 4T, pero de manera paralela, con el doble juego que los caracteriza, permitieron que tanto Avilés como Villacaña atacaran mediante sus equipos y sin misericordia, a la priista arrepentida.
La emprendieron contra Eufrosina Cruz, porque suponen que la impulsan “desde Polanco” para ser candidata al Senado. Asimismo, grillaron y ‘tenebrearon’ en contra de Francisco Ángel Villarreal (‘Paco’ Villarreal), a quien también ven como aspirante al Senado, sembrando en el actual gobierno la misma insidia que ellos y sus operadores no pudieron fijar en el sexenio anterior.
Avilés y Villacaña ofrecieron a la 4T los restos del PRI, pero quieren quedarse con las próximas candidaturas al Senado y las diputaciones federales (si son plurinominales, mejor), así como con el presupuesto de ese partido. Ese es el trasfondo real de los ataques a Mariana Benítez, a Efrosina Cruz y a Paco Villarreal.
TERCER TIEMPO
Chucho Romero nomás ‘no se haya’ como funcionario. Estridente, maniobrero, grillo y bravucón, el funcionario ya se dio cuenta que no es lo mismo presionar al poder con sus “organizaciones sociales”, como lo hizo por años como opositor, que resolver los problemas desde el gobierno estatal. Efectivamente, no es igual ser borracho que cantinero.
Es gravísima la forma tan burda como engañó y expuso al gobernador Salomón Jara, haciéndole creer que ya estaba todo listo para instalar el Centro Integral de Revalorización de los Residuos Sólidos Urbanos (CIRRSU).
Luego de las manifestaciones públicas de los pueblos de la zona del CIRRSU, y ante la apabullante realidad de su inoperatividad política, tuvo que reconocer que ¡no socializó el tema con pueblos y organizaciones!.
Jesús Romero no ejerce como administrador público consensuando con los pueblos y las partes interesadas, ni hace política para parar los brincos que siempre hay en proyectos tan complejos. Actúa como porro, azuzando los conflictos en perjuicio de este prioritario proyecto y de la gobernabilidad de Oaxaca.