12.9 C
Oaxaca City
viernes, noviembre 22, 2024

Teoría del tarugo

Reportajes

Fernando Amaya

El tarugo, aunque haga las cosas mal, las celebra como hechas bien. Y más tarugos las celebran. 

Si el tarugo comete un error, lo vuelve a cometer a la enésima pues, como la correa que asegura al tarugo en el timón del arado, mientras más torcida mejor. 

Dicen que un tarugo no tiene remedio; pero sí, en un mundo de tarugos, el más tarugo es el rey (o la reina). 

El tarugo asegura el arado al yugo con vueltas mordidas de una correa. No confundir el papel de la correa con el de la coyunda, puede resultar lamentable si se zafan el toro o el arado del yugo. 

Los que se pasan la vida haciendo tarugadas, practican la tarugomaquia. 

La diferencia entre el tarugo y el baboso es mínima; nomás que el baboso hace babosadas y el tarugo tarugadas. 

Los tarugos no son finos para inventar pretextos, los pretextos los inventan finamente a ellos. 

La tarugología es una ciencia sólo asequible a quienes practican el fino arte de los trabalenguas y los solecismos. 

Existen la tarugofobia y la tarugofilia; único antónimo que, en todas las lenguas del mundo, también es sinónimo. 

En la era taruguiana se pone de moda el uso del solecismo extremo; por ejemplo: nos está naciendo cabeza en el pelo, los pies de las uñas ameritan cuidados, ese ombligo tiene un vientre exquisito. 

Estamos en planes de escribir la oración del tarugo; sólo le serán comparables La canción del pirata y El barco ebrio. Estén pendientes.

- Advertisement -spot_img

Te recomendamos

- Advertisement -spot_img

Últimas noticias